Además, esta técnica, el aqua-pilates, resulta un eficaz método de rehabilitación porque el agua es un medio en el que disminuye el impacto sobre las articulaciones, por lo que es más fácil trabajar con ellas y la recuperación se hace menos dolorosa y mas agradable para el paciente.
Es aconsejable saber nadar para practicar este ejercicio, o al menos tener dominio de la flotación aunque normalmente se realiza a poca profundidad, y siempre con la supervisión de un monitor profesional, que se encarga de dirigir la sesión y corregir a los participantes.
El entrenamiento es tan intenso y efectivo como el del pilates tradicional, pero aprovecha todas las ventajas que ofrece la flotabilidad, por ejemplo, se trabaja más a fondo la musculatura paravertebral profunda sin necesidad de incrementar el esfuerzo, gracias a que en el agua se produce una contracción involuntaria de dicha musculatura y por ende un fortalecimiento que nos ayudara a mejorar la postura en el diario vivir, y así evitar lesiones o deformaciones de la columna.
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